HISTORIA DEL CODIGO MORSE

Samuel Morse (1791-1872) fue el inventor del código que lleva su nombre. Cuando en 1832 comenzó o proyectó la construcción de un telégrafo no imaginaba las dificultades a las que se iba a enfrentar, tanto en Estados Unidos como en Europa le negaron el registro de su invento, hasta que en 1843 consiguió una financiación del gobierno americano para la construcción de una línea telegráfica entre Washington y Baltimore.
Al año siguiente se llevó a cabo la primera transmisión y el éxito fue tal que se formó una compañía que cubría el territorio americano de líneas telegráficas. Cuando en 1860 Napoleon III le concedió un justo premio de reconocimiento por su invento, en Estados Unidos y en Europa ya habían numerosas instalaciones "morse". Al momento de su muerte el continente americano estaba cruzado por más de 300.000 km. de líneas.
Debido a la evolución tecnológica el código Morse está cada vez más en desuso.

Características
El código Morse representa los caracteres a través de "puntos" y "líneas" que corresponden a impulsos que producen una señal acústica o luminosa de una cierta duración. Tomando el punto como unidad, este tiempo de duración es de aproximadamente 1/25 seg. Siendo una línea el equivalente en tiempo a tres puntos. Los espacios entre las letras es de tres puntos y 5 puntos entre palabras.
El morse es una clave que puede hacerse se puede enviar de muchas maneras, así que conviene conocerlas bien. Puede enviarse a mayor distancia que las señales con banderolas. Puede usarse cualquier fuente luminosa de noche; y de día se puede utilizar un espejo y el sol o banderas.
El morse se puede transmitir con una o dos banderas; lo importante es ponerse de acuerdo en la forma de transmitirlo para que se entienda. Si se mueve una bandera a la izquierda del que transmite (o sea a la derecha el que recibe), se considera una raya; si se mueve a la derecha, será punto. El espacio de tiempo se alarga entre palabras o se bajan alas banderolas hacia el frente.
Deberá transmitirse a la velocidad máxima que pueda recibirse sin errores por el compañero, para evitar muchas repeticiones y pérdida de tiempo. Cuando el receptor no entendió o recibió mal una palabra, debe de transmitir la señal de error inmediatamente al transmisor, para que le repitan la última palabra.

A

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B

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C

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Ch

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D

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E

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F

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G

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H

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I

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J

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K

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L

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M

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N

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Ñ

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O

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P

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Q

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R

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S

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T

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U

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V

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W

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X

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Y

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Z

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1

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2

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3

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4

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5

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6

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7

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8

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9

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0

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SEÑALES CONVENCIONALES

Llamada de atención

VE, VE, VE

...- . ...- . ...- .

Listo para recibir

K

-.-

Esperar

Q

--.-

Entendido

A

-

Error

8E

........

Fin de Mensaje

AR

.- .-.

Mensaje Recibido

R

.-.

  SEÑALES CON SILBATO

Señal

Representación escrita

Morse

Alto

M

--

Atención / Alerta

T

-

Auxilio, Socorro

SOS

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Entendido

A

.-

Marche de frente

D

-..

Peligro

S

...

Reunión de Club

CC

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Reunión de Guías Mayores

V

...-

Reunión de Unidad

QQ

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Reunión de Líderes

B

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SAMUEL MORSE

Inventó el telégrafo y el código que lleva su nombre

Samuel Morse ha pasado a la Historia por haber inventado el telégrafo eléctrico y el alfabeto Morse. Por primera vez logró transmitir un mensaje a larga distancia, a través de hilos, y para que fuera más fácil, ideó un código propio, que fue adoptado en todo el mundo por su sencillez. Líneas y puntos transmitidos por intervalos más o menos largos. A Morse no le fue fácil patentar su extraordinario invento, ya que otros investigadores ingleses habían hecho algo parecido en Europa

SARA MORENO

Si Samuel Morse levantara la cabeza no se lo podría creer: ¡cómo han avanzado las telecomunicaciones! El inventor del telégrafo moderno se las vio y se las deseó, allá por el año 1832, para patentar un invento que nadie quería. Por primera vez un aparato, llamado telégrafo, transmitía algo escrito a larga distancia. Atrás quedaban los redobles de tambores y las señales de humo para lanzar mensajes a distancia. Gracias al invento de la electricidad, que se había producido el siglo anterior -el XVIII- Morse pudo construir un aparato muy rudimentario: a través de dos cables pasaba electricidad hasta un electroimán; éste movía una aguja que señalaba unos símbolos que luego se transmitían. Estos símbolos, como muy bien imagináis, componen el famoso código Morse.

El joven Morse estaba muy interesado en la electricidad. En un viaje entre Francia y América pensó qué útil sería crear algo que funcionara para transmitir mensajes a larga distancia. Durante la travesía conoció a un tal Jackson, con quien habló sobre los problemas que presentaba la electricidad en el campo de la comunicación. Cuando regresó a su país, Estados Unidos, se dedicó en cuerpo y alma a trabajar, y en 1835 puso a disposición del mundo su invento: un telégrafo eléctrico. Pero esta idea no fue original, porque otros inventores, como los británicos Cooke y Wheatstone, habían hecho lo propio en Inglaterra. El tal Jackson recurrió a los tribunales para quitar la paternidad del invento a Morse, pero no le salió bien la jugada.

En 1837, Morse construyó un aparato de mejor calidad y decidió pedir al Congreso de su país la patente. La respuesta fue negativa durante seis años. Pero Morse no se rindió y siguió mejorando su útil invento. Así, en 1843, el gobierno estadounidense aflojó un poco el bolsillo y construyó una línea telegráfica entre Washington y Baltimore. Un año más tarde, Morse hizo una demostración práctica en el Congreso: envió un mensaje que decía “¡Lo que tuvo que trabajar Dios!”.
Morse descubrió que las señales sólo podían transmitirse correctamente a unos 32 kilómetros. Más allá las señales eran muy débiles y no se registraba. Entonces inventó un aparato que se acoplaba a la línea telegráfica y repetía la señal automáticamente y la enviaba 32 kilómetros más allá.

La telegrafía era muy costosa para que se popularizara en todo el mundo, así que se desarrollaron diferentes métodos para enviar varios mensajes a la vez por una misma línea. Y así, paso a paso, se inventó el fax como otra forma de transmitir la lectura a distancia, y el telefax, todavía más moderno, aunque los nuevos métodos digitales les auguran poco futuro.

Samuel Morse, una vez enriquecido con su invento, se dedicó a obras filantrópicas, mientras se entretenía experimentando con la telegrafía submarina por cable. Cuando murió, en 1872, el continente americano estaba cruzado por más de 300.000 kilómetros de líneas.

CODIGO

Puntos y rayas a intervalos para comunicarse

S.M.
El famoso código Morse se popularizó en todo el mundo, ya que es una ingeniosa manera de comunicarse. Es un alfabeto telegráfico que utiliza rayas y puntos y que se transmite a través de intervalos cortos o largos. Samuel Morse dio una cantidad de puntos o rayas a cada letra y luego estas letras se traducen en sonidos cortos o largos a través del telégrafo. Este lenguaje ha sido muy útil en situaciones de emergencia.

Pero ¿por qué se extendió tanto? Pues porque no necesitaba un equipo costoso ni grande; además, la transmisión por código Morse penetra las interferencias atmosféricas y puede ser recibida en condiciones en las que, por ejemplo, por telefonía sería imposible y porque requiere menos ancho de banda que otro tipo de señal (esto es muy importante en las bandas en las que hay mucho tráfico). Con un poco de práctica, cualquiera puede saber Morse.

MAS DEL CODIGO MORSE

PRECURSOR. En España existe un pionero de la telegrafía: el médico Francisco Salvá, en 1804, utilizó la pila de Volta para transmitir mensajes a un kilómetro de distancia. Y antes, en 1795, había descrito lo que más tarde sería la telegrafía sin hilos de Marconi.

AUXILIO. En 1912, tres meses después del hundimiento del Titanic, las letras SOS quedaron instituidas como la llamada internacional de auxilio. No quieren decir Save Our Souls (Salvad nuestras almas). En Morse, SOS se representa con tres puntos-tres rayas-tres puntos (... ---...) y es muy fácil de recordar.

PINTOR OCASIONAL. Samuel Morse fue un gran apasionado de la pintura. Se convirtió en retratista y escultor de éxito e hizo varios cuadros de los miembros del Congreso de Estados Unidos. También fundó la Academia Nacional de Dibujo y dio clases en la Universidad de Nueva York.

La que más se repite

Morse utilizó una serie de puntos y rayas para designar las letras. Pero ¿qué criterio utilizó? Pues cogió una página de un periódico y contó cuántas veces se repetía cada letra. Entonces le dio un punto a la letra que más se repetía (era la ‘E’) y una raya a la que le seguía (la ‘T’) y así sucesivamente, dos puntos dos rayas, etcétera. El mismo método siguieron los inventores de la máquina de escribir a la hora de colocar las letras. La posición más cómoda para las manos la tienen las letras de arriba y del centro. Por cierto, los inventores fueron ingleses.